Dar las ultimas pitadas como si este fuera el ultimo cigarrillo por horas...
antes de bajar por las escaleras que conducen a la boleteria y al anden
escaleras que hay que bajar con celeridad no sea que alguien nos anteceda
en la cola para sacar el boleto…
Comprar el boleto de ida y vuelta...
Dirigirse a la maquina de paso al anden con el boleto en la mano
fijandose previamente cual es el sentido en que debemos colocarlo
y una vez colocado esperar a que este salga espedido para tomarlo nuevamente
y asi poder accionar el molinete.
Una vez en el andén situarse contra la pared,
y detenerse a esperar al tren que nos conducira a destino
semblanteando someramente a la gente a nuestro alrededor :
escribientes, contadores, secretarias, obreros, obreras...
cada uno con su semblante como de transportados,
como si el paso por el subterraneos fuese un estado
de transición solamente fisica no mental,
No hay mucho para ver siempre lo mismo, murales, carteles de propaganda,
ahora pusieron televisores,…
la gente no tiene recreación alguna, es un sitio deprimente que casi trae congoja al alma.
Casi absortos en nuestros desvelos, subimos al bagon que se detiene ante nosotros,
subimos con Celeridad, en la busqueda no ya de un asiento,
sino tan solo de un espacio, donde permanecer de pie durante el viaje,
que demandara tal vez cinco , diez, o quince minutos, según nuestro destino
Tocotoc, tocotoc , hace el tren siempre el mismo sonido,
y hay que estar bien sujeto a algun pasamanos porque puede frenar de golpe
y nos vamos todos al piso, y nos quedamos apilados cual bolsas de papas.
En su interior, transportados, fisicamente,
porque nuestras ideas y pensamientos una y otra vez vuelven a estar en nuestro quehacer
y en nuestro destino, como si ya estuviéramos allí…
Bajamos del tren, esperando el turno según la gente que nos antecede,
caminar rapidamente hacia las escaleras,
pasar el molinete y luego las otras escaleras que nos conduciran a la vereda,
a la luz del día , tal vez con el cigarrillo en la mano
para una vez arriba encenderlo, como si la transición por el subterráneos
hubiera durado horas… |